Rosa Rodríguez en Israel

Compartimos el desgarrador caso de Rosa Rodríguez, una dominicana que reside en la ciudad de Tel Aviv, Israel, desde hace seis meses, y narró a los medios la desgarradora situación que está atravesando durante los recientes enfrentamientos entre Israel y Hamas.

La joven, de 25 años, relató su miedo constante por su vida y la de su familia debido a la escalada de violencia en la región, y por medio de una entrevista exclusiva con el medio Noticias SIN, esta mujer describió el terror que siente cada vez que suena la alarma de advertencia, seguida del sonido de los misiles.

Desde el inicio de los enfrentamientos, su vida ha cambiado drásticamente y se arrepiente de haber tomado esa decisión de elegir ese país como destino para intentar superarse. “Han sido días difíciles. Cuando salí a la calle a buscar un búnker, pensé que solo había escuchado esa palabra en películas. Búnker, misiles, cohetes… jamás pensé que lo viviría“, confesó.

La ausencia de un búnker en su edificio la deja sin refugio cuando suenan las alarmas, lo que ha generado ataques de pánico y momentos constantes de angustia. “El problema es la inestabilidad. Puedes estar durmiendo o viendo una película y de repente suena la alarma. A veces está tranquilo y pienso que todo ha pasado, pero luego vuelven a sonar“, expresó Rosa.

Yo tengo la foto de mi hija en mi pantalla de inicio y trato de no verla, porque me da miedo que sea la última vez. Miedo no a no lograr la estabilidad económica que buscaba, tengo miedo a perder la vida“, agregó.

Esta experiencia, que inicialmente era un viaje en busca de una vida mejor para su familia en República Dominicana, se ha transformado en una pesadilla. La incertidumbre constante la ha llevado a buscar vuelos para regresar a su país de origen, pero hasta ahora no ha tenido éxito en esa misión.

Rosa, que vive con otros dominicanos en Israel, se apoya en su pequeña comunidad mientras enfrenta los horrores de la guerra. La incertidumbre y el miedo a perder la vida han llenado sus días de angustia y lágrimas, convirtiendo su sueño de una vida mejor en una lucha diaria por la supervivencia.