La comunidad del sector Buenos Aires en Azua ha sido sacudida por la trágica muerte de Lewis Díaz Sánchez, conocido afectuosamente como “Leo”. El niño de 10 años fue encontrado sin vida en el patio de un vecino, y las circunstancias de su fallecimiento han tomado un giro inesperado tras el descubrimiento de nuevas pruebas.
Inicialmente, se temía que Leo hubiera fallecido por envenenamiento, una posibilidad que causó alarma entre los residentes. Sin embargo, informes recientes del Hospital Regional Taiwán, 19 de marzo, han revelado que la causa real de la muerte fue una electrocución, no la ingestión de sustancias tóxicas como se sospechaba anteriormente.
La autopsia confirmó que Leo llegó al hospital sin signos vitales y que la electrocución fue la causa definitiva de su muerte. Este hallazgo ha llevado a un cambio en la dirección de la investigación, que ahora está en manos del departamento de crímenes de la Policía Nacional. Las autoridades están comprometidas en esclarecer cómo sucedieron los hechos que llevaron a esta tragedia.
La noticia ha renovado el dolor en la comunidad, que aún está en shock por la pérdida de un niño descrito como “siempre alegre y juguetón”. Berkis, una vecina que compartió su dolor, refleja el sentimiento colectivo de devastación y sorpresa ante la nueva revelación.
Mientras las autoridades locales y el Instituto Nacional de Ciencias Forenses trabajan juntos para recopilar más evidencias, la comunidad permanece unida en el duelo, esperando respuestas claras que les ayuden a comprender y procesar este triste evento. La memoria de Leo, y el impacto que tuvo en aquellos que lo conocieron, perdura mientras buscan justicia y cierre en este difícil momento.
