Santo Domingo. A medida que pasan los días, continúan saliendo a la luz testimonios impactantes de los sobrevivientes del trágico colapso en la discoteca Jet Set. Uno de ellos es Yaser Castillo, quien compartió lo que define como “la experiencia más traumatizante de su vida”.
Castillo relata que desde la mañana del mismo lunes del evento, ya se había presentado una señal inquietante. Mientras acudía con su hermana a comprar las boletas, se cayó un plafón en el lugar. “Mi hermana me dijo en broma: ‘¿Te imaginas que todo esto se derrumbe?’… Nunca pensamos que algo así podría pasar de verdad”, recordó con angustia.
Esa noche, Yaser asistió al concierto junto a su tía —quien celebraba su cumpleaños— y otras dos personas. Mientras bailaba con una joven que había conocido en el lugar, esta se excusó para ir al baño. Fue en ese instante cuando él decidió sentarse un momento, sin imaginar que segundos después, el techo colapsaría.
“Al principio pensé que era un temblor de tierra. Todo tembló, se fue la luz, el polvo no nos dejaba ver nada… Mi papá, que estaba a mi lado, me dijo que me pusiera en una esquina para no asfixiarme”, relató aún conmocionado.
Castillo indicó que el ambiente era completamente oscuro y que entre gritos y desesperación, alguien logró avisar que había una salida de emergencia. Sin pensarlo, él y unas ocho personas aprovecharon ese momento para escapar del caos.
“Corrimos sin mirar atrás. No sabíamos si era un temblor y si el lugar seguiría derrumbándose. Fue como vivir una pesadilla en tiempo real”, expresó.
Ahora, días después del hecho, Yaser admite no sentirse bien emocionalmente. Asegura que las conversaciones con sus amistades giran constantemente en torno a lo ocurrido, y que el impacto psicológico ha sido difícil de sobrellevar.
“Cada vez que hablo con alguien, es del mismo tema… No dejo de pensar en lo que pasó y en lo cerca que estuve de no contarlo”, confesó.
Su testimonio, como el de muchos otros sobrevivientes, deja claro que más allá de las heridas físicas, el trauma emocional persiste. La tragedia del Jet Set ha marcado a toda una generación de asistentes y ha encendido alarmas sobre la seguridad en espacios de entretenimiento en República Dominicana.