Gran consternación se vive en estos momentos en México por el reciente irregular comportamiento que está teniendo el volcán Popocatépetl, ubicado al centro de México, el cual ha comenzado a expulsar humo, cenizas y rocas fundidas al cielo.

Frente a esta situación, las autoridades han tenido que elevar el índice de advertencia a un nivel por debajo de la alerta roja al notar la presencia de lava, es decir, alerta amarilla que indica “la preparación para una posible evacuación”, el cual representa un momento muy vulnerable para las comunidades allegadas que están debajo.

Este volcán podría hacer mucho daño y de hecho, según expertos en materia se posiciona entre los más peligrosos, precisamente por tener alcance a unos 25 millones de personas que viven en un radio de 100 kilómetros (60 millas).

En virtud de esta indeseable circunstancia, las operaciones en los dos aeropuertos de la Ciudad de México han tenido que paralizar las actividades aéreas tras la ceniza que se reparte por los cielos, donde el pasado domingo amaneció con un manto de ceniza gris, dijo un reportero de la AFP.

La ciudadanía está prevista a evacuar de manera obligatoria como próximo paso, por lo cual el Gobierno mexicano ya ha puesto a disposición una buena cantidad de refugios en las zonas que rodean el cráter.

Popocatepetl estuvo activo por última vez en 1994, aunque ha visto períodos de mayor actividad desde entonces tras haber efectuado una erupción masiva hace más de mil años.