Mi Mascota Linda
SANTO DOMINGO, RD – A raíz del trágico colapso del techo de la discoteca Jet Set, que cobró la vida de más de 200 personas, un conmovedor homenaje espontáneo se ha convertido en un ritual diario para decenas de ciudadanos que acuden cada noche a la parte frontal del establecimiento.
En el lugar, las aceras se han transformado en un santuario improvisado donde velas, velones, flores frescas y fotografías de las víctimas dan testimonio del dolor colectivo y la memoria viva de quienes perdieron la vida en una de las tragedias más impactantes que ha vivido la capital dominicana.
Un espacio de duelo, oración y unidad
El ambiente en la zona se llena de silencio respetuoso, oraciones, llanto contenido y abrazos solidarios. Algunos rezan, otros simplemente se quedan en silencio, observando los rostros impresos en las fotos, dejando cartas, mensajes o encendiendo una vela en honor a alguien cercano o simplemente por empatía.
Vecinos, familiares, amigos y hasta desconocidos llegan con la intención de mostrar respeto, buscar consuelo y mantener viva la memoria de los caídos.
“Aquí sentimos que no estamos solos”, dice una mujer que visita cada noche el lugar donde falleció un primo suyo. “Esto nos ayuda a sobrellevar el dolor”.
La zona, custodiada discretamente por agentes de seguridad, se ha convertido en punto de encuentro y de expresión del duelo nacional.
Una muestra del espíritu solidario dominicano
Este gesto colectivo reafirma la esencia empática del pueblo dominicano, que ante el dolor, no mira diferencias, sino que se une en oración, luz y memoria.
Con cada vela encendida y cada flor colocada, el país honra a sus víctimas, recordando que la memoria no se derrumba, aunque lo hagan las estructuras.
