Brailyn Afreneisy Pérez

Una profunda consternación ha invadido a los residentes del distrito municipal de Santa María, en el municipio de Pepillo Salcedo, tras la trágica noticia de que un niño de esta comunidad tomó la desgarradora decisión de quitarse la vida.

El doloroso evento se suscitó durante la tarde del pasado domingo, cuando el cuerpo sin vida del joven Brailyn Afreneisy Pérez, de tan solo 12 años, fue llevado a la Policlinica Rural de Santa María y, posteriormente, trasladado a la sala de emergencia del Hospital Municipal de Las Matas de Santa Cruz.

De acuerdo con la información proporcionada por las autoridades, la madre del menor, la señora Thania Pérez, quien reside en la calle principal de Santa María, relató que el adolescente le solicitó la suma de sesenta (60) pesos, a lo cual ella respondió que no tenía el dinero en ese momento.

Ante esta respuesta, el niño se sumió en un llanto agresivo. Preocupada, la madre salió para intentar conseguir los fondos, pero al regresar a la vivienda, encontró a su hijo suspendido, c0lgado de una tira de un pantalón jeans.

Inmediatamente, la madre buscó ayuda de los vecinos más cercanos y llevó al niño al centro de salud. Según el diagnóstico de la Médico Legista, Dra. Elizabeth Tejeda, la causa del fallecimiento fue asfixia por ahorcamiento.

Por orden de la Procuradora Fiscal del Distrito Judicial de Montecristi, Dra. Ybelca Ana Librada Castillo Lemoine, el cuerpo del adolescente ha sido enviado esta mañana al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) en la ciudad de Santiago de los Caballeros para determinar la causa exacta de su trágica muerte.

Esperemos que el caso sea investigado minuciosamente para determinar las circunstancias exactas de este suceso tan desgarrador que ha causado gran pesar en la comunidad.

Que su alma y corazón encuentren paz y consuelo. Nuestros pensamientos están con los familiares en este momento. Desde nuestro medio enviamos nuestras más sinceras condolencias por esta irreparable y anticipada pérdida de su ser querido.

Por/ Wascar Fernández y José Juliao